Otro diciembre más que recibo la convocatoria de Actos y Cultos en honor de nuestra Patrona, la Stma. Virgen de los Remedios, que se han de celebrar, como cada año, con motivo del aniversario de su Aparición (me guardo el comentario sobre la contraportada, no así la portada en que Ella sale bellísima), y observo cómo, un año más, se obvia un día que debería estar señalado en oro (no digo en rojo, no vaya nadie a pensar...) en el calendario villarrasero en general y en el de la Hermandad de la Virgen en particular: El 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción.
Y no es ya sólo el hecho de que la Novena se vuelva a celebrar por quinto año consecutivo (siete alternos) en la ermita, en vez de en la Iglesia parroquial como es tradicional y ordenan los Estatutos (al menos los que yo conozco...), privándonos de su traslado en torno a este señalado día; sino a algo que si existiera en otro pueblo lo celebrarían hasta con una feria. Sigan leyendo si quieren salir de dudas.
¿Saben, por casualidad, que existe un Breve dado en Roma el 4 de agosto de 1769 por el Papa Clemente XIV, por el que concede "perpetuamente Indulgencia Plenaria" a todos los que visitaren a la Virgen de los Remedios de Villarrasa "desde las primeras vísperas de la Concepción hasta el mismo día al sol puesto"?... Ya ven, tan de moda como se han puesto últimamente los años santos, las indulgencias y los jubileos, como si fuera un invento de ayer tarde... pero ya se sabe lo que entre los cofrades gusta una novelería.
Creo que lo he dicho alguna vez, aun así lo vuelvo a repetir, que por estos lares somos muy dados a dejarnos deslumbrar facilmente ante cualquier oropel foráneo mientras despreciamos tesoros propios. Y no piensen que me mueven motivos proselitistas y lamentos de sacristía (jamás he escuchado una homilía en la que se diga que corren buenos tiempos), pero hay cosas que entran dentro del amor propio y del no dar cuartos a la abulia que las más de las veces nos hace pensar (a mí no, desde luego) que aquí no hay ná.
Siempre he dicho que el pueblo come del plato que se le arrima, y los que tienen la encomienda de arrimar el plato han de ser los primeros interesados en valorar lo que hay en él. Por mi parte que no quede dar el debido toque de atención para poner en valor aspectos que SON NUESTROS, que no hay que luchar para conseguirlos puesto que ya lo tenemos, ESTÁN AHÍ, sólo hay que sacarlos del baúl del olvido y desempolvarlos.
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