miércoles, 7 de diciembre de 2011

Día de la Pureza, ¿crónica de una muerte anunciada?

               Me van a disculpar, ante todo, el estilo “Hollywoodiense” del título, pero no encontraba otro mejor. Motivos no me faltan. Y por dos razones fundamentales: la primera por la reforma del calendario festivo que entre la patronal y los sindicatos parecen estar gestando en un inverosímil engendro donde ya podemos ir imaginando las posturas; y la segunda atañe a mi queridísima patria chica, donde la Inmaculada ha pasado de ser un día festivo con mayúsculas a una jornada de vacaciones más donde poder levantarse de la cama más tarde de lo habitual.


               Y así es, junto al café con la tostada, uno a veces se desayuna algo como esto: http://www.elpais.com/articulo/economia/patronal/pide/Jueves/Santo/celebre/lunes/elpepueco/20111205elpepueco_14/Tes
               Pues así, como leen. De los tres jueves del año que lucían más que el sol acabaron con dos, y ahora pretenden aniquilar el tercero… total, entre una derecha utilitarista, donde el trabajador no es más que un engranaje para engrosar las carteras de unos pocos y siempre, siempre, por defecto, tenderán a ser flojos, vagos y hay que despabilarlos, y cuyo único destino es trabajar-comer-dormir… y una izquierda nihilista que parece traerle al pairo todo lo que huela a tradiciones del pueblo (el mismo que dicen defender), de ciudades y pueblos donde sólo hay edificios, calles y plazas, sin alma; de ocio impuesto y subvencionado… andamos “aviaos”.

               Aquí es donde me gustaría, y lo deseo fervientemente, que la jerarquía de mi Iglesia se pronunciara de manera firme; y no hablemos ya de los “cofrades de bien”, esos que no dudan en tachar de “rojo” a todo bicho viviente que ose a contradecir lo más mínimo. Que protestara enérgicamente ante lo que me supone todo un atropello. Aquí no se queman conventos ni se retiran crucifijos de lugares públicos, pero se borra de un plumazo días sagrados para grandes masas de población (de los que también disfrutan los no creyentes). Manifestaciones, homilías encendidas, rosarios de la aurora… todo lo que sea necesario y no será por falta de praxis en los últimos años… de lo contrario podría caer en la tentación de pensar mal, muy mal… espero y deseo equivocarme.

               ¿Se imaginan la de tradiciones en distintos pueblos y ciudades que se borrarán de un plumazo, menos los años que caigan en fin de semana?, no son monumentos tangibles, pero sí son, muchos de ellos, monumentos de fe y antropológicos. ¡Bravo!, sigamos construyendo el futuro sobre escombros y no sobre roca. Aquí, de seguir adelante dicha propuesta, perderemos el 18 de diciembre y el 15 de agosto, como ya perdimos el 3 de mayo y el jueves de la Ascensión.

               Los de la CEOE dicen que les parece un “escándalo” el puente de la Constitución-Inmaculada… ¡ay, si los millones de curritos enumerásemos lo que consideramos como escándalo! Otro argumento nos habla de asemejarnos a Europa. Europa (como si España no fuese parte de ella) considerada toda ella un infalible escaparate de avance y modernidad (esquema que se me vino al suelo cuando el Comisario Fischler se metió una aceituna en la boca), sin tener en absoluto en cuenta nuestro clima, horas de luz, cultura, etc… Aunque puestos a equipararnos con el resto de Europa, hagámoslo ya del todo, ¿no?, sueldos, infraestructuras y prestaciones sociales incluidas.

               Sobre cómo hemos perdido el día de la Pureza en mi pueblo, hablaré otro día… estas cosas me agotan anímicamente.

               ¡Sigan siendo felices!

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