martes, 30 de agosto de 2011

Transparencia.

               Así es. Ahora resulta que los políticos (no todos, a Dios gracias) se quieren lavar las manos y quedar de santitos haciéndonos ver lo buenos y honrados que son porque, claro, hay que hacer leyes que promuevan la transparencia en su gestión. ¡Ole ahí!, yo es que me quedo a cuadros.

               ¿Se imaginan que haya que hacer leyes para que los maestros firmen las actas de evaluación, o para que a los carpinteros no se les olvide el martillo en casa, o que los locutores de radio se coloquen correctamente el auricular antes de entrar en antena...?. Definitivamente, la tontuna nos ha invadido, así de claro.

               A ver... lo diré despacito para que se me entienda: Estimado político (omito el "/a", porque en el masculino neutro caben también las políticas... y ahora táchenme de machisto, perdón, machista) de distinto color y pelaje, la transparencia es un valor que se os tiene por obvio, por el mero hecho de ser las personas elegidas por el pueblo para administrar los bienes que son comunes a todos. ¿Te queda claro, o hay que hacer también un decreto para hacertelo ver?.

               La verdad, no me quiero imaginar cómo debe estar el patio como para que tengan que regular, a golpe de ley, algo tan por supuesto en la clase política. Da a entender que hasta ahora todo ha sido el... eso mismo de la Bernarda. En esta piel de toro seguimos con la misma cantinela de siempre: que me regulen hasta lo que tengo que comer... porque me es irresistible caer en la tentación. ¿Acaso no tenemos la suficiente capacidad ética y moral?

               Aquí dejo un video de políticos que... en fin. Si es que encima hay que reirse.

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