martes, 14 de diciembre de 2010

EL GRANO DE MOSTAZA (II): El 18 de diciembre.


               Si me preguntan cual es el día más villarrasero, sin duda alguna respondo que el 18 de diciembre. Ese día estamos todos: los que están y los que se fueron, los creyentes y no creyentes, los que pudieron pedir permiso en sus trabajos y los que no pudieron… da igual, estamos todos, no falta nadie. Y es que, el 18 de diciembre es, quizás, la fecha más señalada en rojo del calendario villarrasero.


               Todos los días de fiesta de mi pueblo son importantes, pero para mí, los que sobresalen en el año, con distintas motivaciones, son: Los días en que sale mi “Coloraita”, el día del Corpus y el 18 de diciembre… de todos los demás puedo prescindir (aunque sé que llegará el momento en que también prescinda del 18, por razones ajenas a mi voluntad).

               Como todo lo bueno, breve. Todo en un solo día, quizás es el día de fiesta mejor conservado tal cual lo hacían nuestros abuelos, aunque sea lo único de toda la programación de actos que conserve su carácter de siempre: Función por la mañana, Procesión de escasas dos horas y pico a la Teneria, bendición del romero, Puja… Siempre he sentido especial predilección por las fiestas de diciembre, incluso más que las del 15 de agosto (o lo que queda de lo que fue) porque las encuentro más propias, más nuestras.

               ¿Cuántas veces ha amanecido el día cerrado en aguas, estar en la Función Votiva con la vista puesta en los ventanales con intermitentes “escandilazos” y a la hora de salir la procesión, ver un espeso rayo de sol cruzar la puerta hacia dentro formando un cartabón perfecto? Así de veces. ¿Quién no se ha dejado embrujar por la luz anaranjada del mediodía de diciembre jugueteando con el dorado del paso a la altura de la plaza Vieja, ya de regreso?, ¿Quién no se ha dejado fotografiar por el “Múo” delante del paso en la puerta de la ermita?, ¿quién no ha disfrutado en la Puja, cuando, antes el Mezquito, ahora Pepín, se dice: –“Postura para esta ristra de zorzales cazados esta misma mañana para la Virgen” –“Quién da más de 6000 euros por este nardo que ha llevado del paso”?. ¿Quién no ha sentido ese impulso de invitar a todo kiski de fuera para este día?. ¿Quién no ha inaugurado su reunión de Navidad un 18 de diciembre y sólo Dios sabe cómo terminó la jornada?...


               Y lo mejor, es que no es algo forzado para recuperar antiguas costumbres, ni teatros por el estilo… Es espontaneo, se vive, se espera, se siente. Simplemente. Lástima que últimamente parezca que nos gusta más meter palera en nuestras cosas, movidos por una falsa modernidad, cuando la tónica lógica y general sería la de aumentar, enriquecer, añadir… pero eso ya tendrá cabida en otros artículos. Hoy quiero quedarme con lo esencial, con el cogollo siempre dulce de nuestras formas de sentir y expresar.

               El Reino de los Cielos es como el grano de mostaza. Sin lugar a dudas, el reino de los cielos de Villarrasa nace de este grano que lleva germinando 507 años.


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